Nos hemos despojado de viejos harapos para vestir nuestro más reciente paradigma llamado desde 2010: industria 4.0 o cuarta revolución industrial
La migración está hecha, la automatización mecánica-eléctrica de los procesos es cosa del pasado y la digitalización es quien toma el mando. Ahora los procesos son controlados y medidos en tiempo real con dispositivos conectados a la red que a su vez generan históricos desde una nube que guarda, analiza y hasta predice futuras fallas.
Ahora es el turno de las fábricas inteligentes interconectadas que incorporan cloud computing, Machine Learning, IoT (Internet de las Cosas), ciberseguridad, impresión 3D, realidad aumentada y robótica colaborativa entre otras herramientas tecnológicas que les permite ofrecer:
- Producción flexible o aditiva
- Adaptación constante al mercado
- Entornos digitales para prueba y error
- Mayor rentabilidad
- Y soluciones anticipadas a la demanda
Lo virtual se ha fusionado con el mundo físico y los espacios ciber-físicos son una realidad palpable, el simple modelado inerte de AutoCAD lleva fecha de caducidad, la realidad aumentada y propiamente las metodologías BIM (Building Information Modeling) han dado vida a lo que antes era tan solo un bosquejo representativo.
La gestión general de la Smart-Factory nunca había tomado tintes tan simplistas en pos de la era digital que amenaza con colonizar todo a su paso.
El futuro nos ha alcanzado y lleva paso galopante, la competitividad es cosa de locos serios y la mayor interrogante es: ¿Qué viene después? O despuesito, quizás se está fraguando en este momento la quinta revolución industrial y nosotros ni por enterados.